Dicen que era un matrimonio que no tenía familia. Ya llevaban muchos años de casados. Una noche se pusieron a cenar y, como siempre, preparó ella tres huevos pasados por agua: uno para ella y dos para su marido. Pero aquella noche no sé qué bicho le picó a la mujer, que dice:
- Mira, ya estoy harta de que todas las noches te comas tú dos huevos y yo uno. Esta noche va a ser al revés: tú uno y yo dos.
- Ni hablar. Yo dos y tú uno. Como siempre.
- ¿Y eso por qué?
- Porque lo digo yo y en la casa, la autoridad la tiene el marido.
- Que no.
- Que si.
Bueno, pues estuvieron discutiendo un rato y ninguno daba su brazo a torcer. Ya cansado el marido, dice:
- Como insistas, me muero.
- Pues muérete.
Entonces él se hizo el muerto y la mujer salió a la calle gritando:
- ¡Ay, que mi maridito se ha muerto! ¡Ay, que se me ha muerto!
Vino el curo y le prepararon el entierro. Ya lo llevaban para el cementerio, y la mujer se acercaba a las andas, diciendo:
-¡Dejadme que lo bese por última vez!
Y con este pretexto se le acercaba a la cara y le decía al oído:
- Tú uno y yo dos.
Y contestaba el otro muy bajito:
- Yo dos y tú uno.
Y el entierro seguía. Ya llegaban al cementerio y otra vez se acercaba ella:
- Mira que voy a dejar que te entierren.
Y el otro:
- La autoridad es la autoridad: yo dos y tú uno.
Conque llegaron al cementerio. Lo bajan de las andas y ya van a ponerlo en la sepultura. Otra vez ella, gritando, se le echa encima y le dice al oído:
- Por última vez. ¡Tú uno y yo dos!
- Ni hablar. Que me entierren.
Y como ya lo iban bajando, dice ella:
-¡Está bien, cómete los tres, pedazo de animal!
Y entonces él se incorporó de un salto y gritó también:
- ¡Que me como tres, que me como tres!
La gente, que no sabía lo que estaba pasando, echó a correr atemorizada, y un cojo que iba en la comitiva decía:
- ¡No corráis tanto, hombre, por lo menos que pueda escoger!
lunes, 15 de agosto de 2011
domingo, 14 de agosto de 2011
Day 33
En su día os dije que vuestros secretos estaban a salvo conmigo. No mentí en mis palabras. Y no, no os guardo rencor ni odio. Esta mañana me acordé de todos vosotros. Espero que estéis bien.
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